martes, 20 de septiembre de 2005

Capítulo II. Brixton y el mundo de Nedus

Justo al llegar al aereopuerto me dí cuenta que había llegado a otro país. A nadie se le ocurrió encender un cigarrillo en todo el edificio, en las paredes miles de carteles de advertisment, en el aereopuerto habían zonas de acceso internet a alta velocidad con tecnología wireless (sin ser gratuïto todavía..), cabinas de telefonía fija-movil-sms-mail, y en inglés todo. Me alegró comprobar que entendía y me hacía entender lo suficiente. Inestimable la ayuda que he tenido en todos mis anteriores viajes....

Llegué a Victoria Station muy tarde, como a las 2 de la mañana. Estaba muy cansada física y emocionalmente. Solo tenía ganas de meterme en una cama y dormir... Hasta que vi a Neus, que venía a por mi sonriente. Sentí un alivio al verla, no sé como pero me hizo sentir como en casa.. Nos fumamos un porro en el balcón del State donde vivía y vimos salir el sol.

No recuerdo si dormí mucho o poco, pero sé que me levanté descansada. Desayunamos envueltas en olor a mantequilla y té. Conocí a las otras dos personas que vivían con ella. Esta pareja me abrió los ojos hacia otras maneras de vivir, o almenos, de ver la vida, o almenos, de leer las notícias con el café de la mañana.Indymedia.

De los días que pasé en Brixton destacaría:

- El barrio y los negros. Estuve en un barrio de negros, la mayoría provinentes de Jamaica siendo éstos padres o incluso abuelos. Con lo cual, se podía ver en los hijos o nietos el resultado de la mezcla entre isla y metropolis. Son negros muy guapos, totalmente integrados aunque intentando conservar sus raíces, se mezclan solo con algunos blancos.
Fui a tomar unas pintas al pub, conocí a un chico extraído directamente de la sèrie Gent del barri/Eastenders, Lofty era el personaje. En el pub tocaba una banda de jazz. Después de la pinta, nos fuimos a una fiesta privada. La fiesta se hacía en un local que no era un bar, ni un pub, ni una disco, ni una casa; algo difícil de definir. Había dos plantas, en la de arriba muy oscura, tocaban un estilo de música llamada Dub. Es un estilo entre reagge/rap condicionado por el sonido muy potente de unos bajos que llegaban a distorsionarse, formando una música algo hipnótica. En la de abajo, un estilo muy diferente. La gente se relacionaba entre ella, bailando, bebiendo, conversando.. Me gustó mucho ver como bailaban música algo como el funk/blues/swing..

- El arte. Fuimos a una escuela de Arte, en la que los alumnos presentaban su trabajo de fin de carrera. Vimos todo tipo de arte. Pintura, escultura, performance, videocreación, fotografía y màs que yo no sé. Y allí descubrí el barrio indio en Algate. Un barrio con ocio en la calle, mercados de ropa y complementos, restaurantes, bares modernos, tiendas algo caras... Estilo Born de Barcelona, mezclado con indios, que seguramente vivían en su ghetto antes de que los europeos cools se hicieran con su barrio (véase como futuro Rawal en Barcelona..). Neus y yo, tomamos el sol y unas pintas en el mercadillo y nos hicimos una foto en un sofá que nos gustó mucho.

- El mundo de Nedus. Reencontrarme con mi amiga del alma, me llenó un montón. Nos pusimos al día de todo, en varias sesiones durante los 4 días. Me gustó mucho como quería enfocar su vida y todo lo que había construido en la distancia, aunque según ella, lo de aprender inglés había quedado algo flojo, yo creo que no. La verdad es que los pocos días que pasé en London, me dieron mucha paz, libertad y me sentí como la invitada de honor.

Al regresar a España, algo había cambiado, porque a los 5 días me mudé.

miércoles, 7 de septiembre de 2005

Capítulo I. Con el DNI caducado no puede volar señorita

Me quedé en shock, pálida y sin respuesta cuando la chica de Ryanair, con uniforme amarillo y azul, feísimo, me devolvió el billete, mi documento nacional de identidad, me soltó "Con el DNI caducado no puede volar, señorita" y miró hacia el siguiente de la cola.

Casi sin pensar, sin dinero y sin mucho tiempo, había organizado un viaje a London. Era una escapada, un fin de semana largo y aunque tenía muchas cosas en la cabeza y mucho en qué pensar, me apetecía hacer este break. Después de un año duro y a punto de finalizar el máster me iba a dar un caprichito. Que coño! para esto trabajamos, dicen muchos...
La tarde anterior, me habían llamado de una entrevista de trabajo. Estaba en el autobús que me llevaba del polígono de Bellvitge al centro de Barcelona cuando me dieron la buena notícia que habían aceptado mi canditatura y que "enhorabuena, te han cogido"- me dijo la chica. Estaba super contenta! Llevaba algunas semanas haciendo entrevistas y la verdad es que por un motivo u otro, no acababa de encajar con las empresas. No me gustaban a mí, o yo no gustaba a ellas. Es curioso, porque cuando envié el Curriulum a ésta, mi actual empresa, lo hice como corazonada. Me gustó el nombre, pensaba que iba conmigo. Y, efectivamente funcionó, habían aceptado mis condiciones y el proyecto para el que se me contrataba parecía (y es) muy interesante. Así que, contenta de haber logrado lo que quería, el viaje a London, mi caprichito, tenía mucho más sentido...

Aquella mañana estaba como nerviosa, como si nunca hubiera cogido un avión. Faltaban horas para que saliera el vuelo y yo ya lo tenía todo preparado. Me había puesto en la maleta ropa de verano. En Londres hacía sol, la gente salía a los parques, a la calle, a pasear o almenos, esto me habían dicho.
Justo cuando iba a facturar, la chica de Ryanair, me lo impidió. Como alternativa podía coger el vuelo 3 horas más tarde, siempre y cuando tuviera el DNI en toda regla (imposible de obtener, en tan poco tiempo)o el passaporte.
Así que, mi madre, ni corta ni perezosa, se ofreció a llevarme a Barcelona, a mi casa, a coger el pasaporte que tenía localizadísimo en el cajón de un mueble Ikea.
Con el tiempo en el culo, cogimos el coche y la autopista. Durante la hora y media que duró el trayecto, estuve hablando con mi madre. Un ratito para nosotras solas hacía mucho que no lo teníamos.
Cuando llegué a casa, me dió otro shock.
Esta vez no me quedé pàlida, tuve un momento de duda pero reaccioné rápidamente, cogí el pasaporte y me fui.
Cuando regresé, el aereopuerto estaba lleno de guiris ingleses. Familias enteras con niños y novios de las hijas, volvían a sus casas, rojos de tanto sol, con el típico sombrero mejicano (recuerdo de España ¿?), haciendo un ruido escandaloso.
Y yo, cansada de tanto shock, con mi portàtil sin conexión a internet, escribía mis movidas en mi cabeza en un Word. Sola, esperando que saliera el avión para irme muy lejos....

En aquel momento me sentía como la actriz de alguna de las películas de Almodòvar.

8 min in Oxford Circus