sábado, 24 de abril de 2010

Al fin, Marruecos y el desierto.

Le estoy cogiendo una manía a los aereopuertos que no puedo mas! En concreto al de Reus y al de Marrakech.

Me parece un atraso cómo se gestionan, me disgusta el mal servicio que ofrecen a los consumidores y lo impotente que eres ante cualquier contratiempo que sufre la compañía con la que vuelas. Además de esto, mis últimas 2 experiencias en los aereopuertos han sido emocionalmente, algo desagradables.
En el de Reus, por encontrarme ante una situación por sorpresa!, en la que yo me sentí atrapada, en desventaja y con ganas de huir de allí. Es curioso, porque hace unos 5 años aprox, en el aereopuerto de Reus viví un capítulo que puso FIN durante 4 años a este blog. El cuento Metamorfosis empezó allí.

En el aereopuerto de Marraqueix por las + de 8 horas de retraso y por la tristeza que sientes cuando pones FIN a un viaje y a una aventura.

En FIN, a parte de estos contratiempos de inicio y FIN de viaje, Marruecos me ha gustado muchísimo! Creo que volveré y ya entiendo porque Carmina se pasaba tiempo desintoxicándose de sus malos hábitos y recuperando la PAZ perdida.

En resumen el viaje se divide en 3 partes:
1- Marrakech
La ciudad tiene 1 día de visita, no mas. Lo mas interesante es la plaza y la medina. La medina es el núcleo antiguo, donde antiguamente vivían todos los habitantes de Marrakech, rodeados de una muralla que protegía a la ciudad. Y la plaza era su puerta de entrada y salida, que es patrimonio de la humanidad según la UNESCO. En la plaza era donde había y sigue habiendo mucha actividad, pasan muchas cosas a la vez y hay todo tipo de gente, también todos los turistas.

Dimos muchos paseos por la plaza y el zoco y entre el bullicio de la ciudad había:
- Encantadores de serpientes, que nos dimos cuenta que estaban allí porque casi pisamos una!
- Gente por aquí, motos por allà, guiris y marroquís paseando
- Cuenta cuentos.
Son hombres que explican o cantan historias delante de una lámpara. No les gusta que les hagan fotos y lo cuentan todo en su idioma, con lo cual, allí no verás ni un guiri ni medio. Sabes por que? Porque si en Barcelona hay carteristas en las ramblas mientras los guiris miran algún espectáculo de calle, en Marruecos hay tocadores de culo profesionales. Si, si. vaya tocamientos nada mas llegar! Me tocaron el culo con la mano bien abierta... Paso de profundizar en el tema porque sino, me enfado!
- Puestos de comida lleno de familias marroquis. Había caracoles en sopa, pescadito frito, calamares y un puesto con mucho humo en el que cocían unas longanizas y chorizillos. Como no, allá que fuimos y nos pedimos una ración. Pues parece que sentamos cátedra, porque unos cuantos guiris (españoles todos, empezaron a pedir después!)

Todo esto + un baño marroquí es lo que ofrece Marrakech.






2- Desierto
Al día siguiente a las 8 de la mañana, en un 4 x 4 con Hamid el guía que hablaba español perfectamente, nos llevó durante 4 noches y 5 días a las produndidades de la cultura bereber. Y nunca mejor dicho....
Circulé (por no decir boté y boté) por caminos de piedra, atravesando riachuelos con paisajes que parecían de otro mundo, quizás el lunar. Sin seres vivos a la vista. Sin que NADA te tape la visión del horizonte lejano y desértico.
De repente sale una mujer bereber de la nada, conoce a Hamid y sube a nuestro coche. La mujer no sabe abrir ni la puerta, nunca ha subido a un coche. Familias que viven en cuevas, sin electricidad, sin agua potable, sin estrés, sin comodidades, sin pertenencias y sin haber subido a un coche, ni haber visto un boli y un papel.










Me relajé en un oasis, monté en dromedario, dormí en el desierto rodeada de dunas, silencio y cielo estrellado. Un cielo que JAMÁS había visto. Una PAZ en el entorno y conmigo misma que no sé si había sentido nunca.
Realmente el desierto ha hecho mella en mi.










Algunas noches fueron super divertidas. De noche, Hamid y el resto de guías bereberes montaban unos conciertos improvisados de percusión + un instrumento de cuerda típico bereber. Una de las noches coincidimos con un chico negro del Canadà, que con su guitarra española nos dió un conciertazo de fusión muy chulo. Este ambientillo, con cervecitas frescas, algunas en pijama por todos los lados y cigarritos felices que vienen y que van, ha sido lo mejor de las noches en el desierto.

3- Essaouira
La última fase del viaje me cogió un buen catarro y no sé si fué por esto o porque la magia del desierto ya había desaparecido, pero esa fue la parte + floja del viaje.
Essaouira es un pueblo de pescadores, con casitas blancas y mercado de pescado buenísimo. Compramos un pescado fresco y nos fuimos a que nos lo cocinaran en un chiringuito puro marroquí. Me gustó mucho que Hamid nos llevara a los sitios donde va la gente local, me gusta no ver a muchos turístas cuando viajo.






Bueno, es inevitable encontrarte por el camino a algunas guiris enredadas con bereberes. Me sorprendió la cantidad de europeas, españolas y vascas que se lían con bereberes. Durante el viaje vi bastantes ejemplos.... Que tendrán ellos? Realmente son tan buenos amantes cómo dicen? Yo no lo probé y no lo sé, pero lo que si sé es que ELLOS se lo montan divinamente.
Los tíos traban en una profesión con + o - libertad de movimiento, cobran por ello y además follan. Fidelizando, en muchos casos, a las clientas ya que ellas volverán a por esa magía del desierto....
Fíjate que yo quiero volver también y yo no he catado a ni un bereber ni a una berebera. Conocí a una vasca, Sandra, llevaba 5 años pasando TODO su tiempo libre en Marruecos. Estaba con Hamid, otro guía y le había traído material de España para la casa que se estaba haciendo "su novio", cómo le llamaba ella.


La vuelta a Bcn, cómo era de esperar, ha sido dura.
Me ha costado desengancharme del desierto y de las aventuras del viaje. Pero cómo no, el TIEMPO, lo pone TODO en su lugar, así que Marrakech está pasando al recuerdo, al grato recuerdo....

viernes, 2 de abril de 2010

Entre 2 mundos

Voy de noche por una calle estrecha, con poca luz y muy sucia. Ropa tendida en casi todos los balcones. Una chica sentada en un portal se le cae la baba, los ojos perdidos y habla sin sentido para ella misma o para el mundo entero. Quién sabe... Otro nos pregunta si en el 2ndo piso viven unos moros. Él le dice que no lo sabe, se lo mira por encima del hombro, mientras abre la puerta de abajo. Subimos los 3. Él, yo y el chico de la calle que, como busca droga sigue preguntando donde está el 2ndo piso. Él ni caso, sigue subiendo.
Nos paramos todos en el 2ndo piso, él intenta abrir la puerta, mientras al otro ya le han abierto unos moros.

Entré a su piso y me sentí a salvo, por fin.

La escena vivida, me transportó 15 años atrás. En mi ciudad natal y muy bien acompañada también, había vivido experiencias similares a ésta. Quizás incluso experiencias más al límite. A veces, recuerdo lo que viví y no sé con qué armas ni qué inteligencia (si es que tuve alguna) utilicé, para llevar adelante una situación que a cualquiera echaba pa'tras. Y fíjate, que, no sólo la viví, sino que la disfruté cómo única e irrepetible.
Vi cómo viven los "bajos fondos de la sociedad" (lo digo entre comillas por no encontrar un eufemismo mejor): con marginación, drogas, sexo por dinero, enfermedades, calle y mala vida.. Aun siendo sólo una acompañante, en esta aventura aprendí a tratar con TODO tipo de personas. También aprendí que ESE no es mi mundo.

Y a veces, cuando me veo reunida o hablando con directores financieros, jefes de departamento, gerentes, profesionales con masters, 1000 idiomas y socios de empresa, no puedo evitar pensar de dónde vengo y de dónde he aprendido la mayoría de mis aptitudes y actitudes. Pues claro, me da la risa y me río de su sistema!

Porque ellos no se imaginan cómo son los "bajos fondos de la sociedad", no se han acercado ni se han interesado nunca. Lo desprecian y le tienen miedo. Les incomoda rodearse de personas y situaciones en la que su status, su sueldo o el valor que aportan a la empresa (mucho o nulo) no significa nada.

Cuando trabajo, debo tratar con sus valores, sus prioridades en la vida, su vocabulario sectario y a veces, elitista. Conversar de lo que a ellos les interesa, lo común, lo bien visto, lo políticamente correcto y las conversaciones un poco superficiales.
Cómo no, SIEMPRE me supone un esfuerzo, adaptarme a esta situación. Pero mas esfuerzo me supone despegarme de sus ideas, sus valores y metas que con tanto trato diario se me pegan sin yo querer. No me gusta su manera de ver la vida.
Curiosamente, tratar con algunos consultores, auditores internos, jefes de contabilidad, gestores de procesos, etc... provoca que sienta y piense que ESTE mundo, el que ahora me rodea, tampoco es el mío.

Por suerte, en todos los mundos existen excepciones y también por suerte ya se ha acabado el invierno.

Y así, entre 2 mundos ha venido la primavera.


8 min in Oxford Circus