lunes, 10 de octubre de 2005

Capítulo IV. Los pétalos de la margarita. ¿Si o no?

Seguro que muchos de nosotros hemos arrancado pétalo a pétalo una margarita, en algún momento. Haciendo preguntas tipo, “me quiere, no me quiere”, “apruebo, no apruebo”, “decisión correcta o incorrecta”, “me tocará la lotería, no me tocará”, “si o no”…
En la vida de uno, el concepto de deshojar una margarita, aparece en varias ocasiones. La respuesta es a veces simplemente un juego, un pasatiempo y a veces el resultado de alguna prueba.

Por suerte, el resultado de mi análisis fue no. Las dudas, que poco a poco habían condicionado mi vida y los castillos en el aire que había construido durante demasiado tiempo, se desvanecieron en el mismo momento que salí de la consulta y respiré aire fresco. El sida había entrado en mi vida por sexo, había contagiado mi cabeza y se fue por la sangre
Y me pregunto, ¿que hubiera pasado si la respuesta hubiera sido si?

De este episodio de dudas y miedos que ya quedó atrás, me alarma la conducta de la seguridad social respecto a este tema. Mi médica (a no ser por mi expresa petición) no incluyó el test del VIH en un análisis de sangre básico. Acaso no es importante detectar en la sangre el virus de inmunodeficiencia humana? Parece ser que la sanidad de este país está más preocupada por el colesterol.
Y yo digo:
- Modernícese sra. ministra!
- Ánimo a los que su margarita dijo si.
- Be careful a los que su margarita ha dicho no.

Habiendo superado “positivamente” otra de las muchas pruebas que últimamente me pone la vida, seguí con la búsqueda de piso. Llevaba 1 mes viviendo en “Casa Paco”, sin los ronquidos ni ronroneos de mi gatita Quincy. Había cambiado de trabajo, ahora podía ir a comer a casa, iba a la oficina andando pero, ya iba siendo hora de encontrar un hogar para mi.
Vi muchos pisos. Empecé por la utòpica idea de irme a vivir sola. Las inmobiliarias me mostraban áticos de 15 metros cuadrados sin ascensor, que realmente eran habitaciones con paredes mugrientas, lavabos inhumanamente sucios y cocinitas de juguete montadas en medio de un pasillo o en la entrada. Todo esto por el módico precio de demasiados euros al mes.
Así que, después de aplazar esta opción y esperando un futuro lleno de riquezas, seguí visitando pisos de 2/3 habitaciones con la idea de alquilar alguna/s de ellas una vez instalada. Entre visita en el centro y visita en las afueras, se me presentó una alternativa que no había imaginado que pudiera existir y menos aún, que yo pudiera afrontarla.
Unos conocidos dejaban la casa donde vivían. Es una casita de alquiler en el barrio de "Fabra i Puig". Tiene 2 plantas, 2 terrazas, jardín con un olivo, parket, calefacción, luz natural, 3 habitaciones dobles, cocina equipadísima, grande y un comedor con una escalera de caracol desde la que, en mis sueños, bajaría los fines de semana a prepararme el desayuno y subiría a la terraza de mi habitación a tomar el café acompañada de mi novia, que se quedó emocionada después de ver la casita.

No tuve tanta suerte como en mi prueba anterior, y la margarita dijo no.
Aunque, como yo tengo una esperanza infinita (¿?) y soy muy tenaz, sigo guardando el teléfono de la dueña y sé que, si ahora quedara libre la casa, yo estaría en primer lugar…

3 comentarios:

Anonymous dijo...

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pasandodesapercibido dijo...

Di que si nena, la esperanza es lo ultimo que se pierde, y ese pisito bien merece la pena.
:)
Tengo mas comentarios, pero me los reservo pa mi y pa ti.

Anonymous dijo...

Cuando eres una duda andante la vida se convierte en una gran margarita, pero va perfecto para tomar decisiones ... te lo digo por experiencia jajaja
Esperemos que diga SI a la vida SI al amor SI a los buenos amigos
CHENCHO

8 min in Oxford Circus